Colombia: boceto para un retrato (parodiando al Héctor Abad Faciolince)
Por: José Quiroga.
Colombia sigue siendo conformada por una elite
prevalentemente blanca, elite que sigue gobernado al país. Aún seguimos
viviendo en clima frio, aunque las ciudades ubicadas en clima cálido crecen de
una forma considerable.
Colombia cada vez más se convierte en un país exportador
netamente de materias primas. El gobierno con sus TLC han venido acabando con
la industria de nuestro país. Esto
sucede en todos los países subdesarrollados pues se impone el neoliberalismo.
Las élites blancas crean empresas importadoras y así continúan su hegemonia.
Siguen así como los países desarrollados, dominan la economía a su antojo y se
aprovechan de su posición para ser cada vez más ricos y vivir mejor a costa de
los más pobres.
Si uno recorre el paisa desde el norte encontramos toda clase
de ampones. Si empezamos desde la guajira nos encontramos a Quico Gómez que hoy
se encuentra encerrado en la cárcel de la picota. En la Guajira los niños
mueren de hambre y sed mientras que los corruptos se adueñan de los recursos.
En las sabanas de Bolívar y de Córdoba encontramos a los Musa Besaile quienes a
punta de mermelada ostentan el poder en estas tierras. Del choco ni hablar allí
encontramos a el Negro Martínez quien también se encuentra preso por sus
prácticas corruptas pero que aún sigue teniendo poder y gana elecciones desde
la cárcel. Más hacia el sur ternemos en el Valle de Cauca, allí encontramos a
Dilan Francisca Toro que a pesar de tener varias investigaciones en estos
momentos es Gobernadora electa del Valle del Cauca. Y así sucesivamente en todo
el país pareciera que los corruptos gobernaran aun desde la cárcel. Para
terminar mencionaré Cúcuta donde Ramiro Suarez exalcalde preso se hizo elegir
en cuerpo ajeno.
En este escenario lo típico colombiano ha de dejado de ser el
plátano, la yuca, el café. Ahora lo típicamente Colombiano parece ser la
trampa, el cohecho, el usted no sabe quién soy yo, el que tenga la plata es el
alcalde, el módico 10%, la componenda, el serrucho, el cartel de la
contratación etc. Todas las mafias se disputan las alcaldías, los restaurantes
escolares, el transporte de los niños, la salud. El que tenga plata y un
político de bolcillo puede controlar los negocios del estado. Los paramilitares
se desmovilizaron dicen, pero siguen operando las bacrim. También en el
ejército hay corrupción los altos mandos hacen negocio con la necesidad de los
soldados.
En las costas colombianas es donde la corrupción más pulula.
En la costa caribe se compra el voto por cincuenta mil pesos y media de ron.
Los pueblos costeños en su mayoría tienen precarios servicios básicos, la
energía electica es deficiente ni que decir de la salud y la educación.
Pareciera ser que la única vez que participan en política es en elecciones y
venden el voto.
La costa pacífica no se queda atrás. Allí las mafias han
sembrado el terror y parece ser que se quieren apoderar del puerto “picando a
la gente” para que se desplace. La alianza pacifico habré nuevas expectativas
para buena ventura y ahora quieren correr a los pobres. En la costa ´pacifica
pululan farc, bacrim y mafias que hacen invivible esta región.
La política nos apasiona pero ya no hay partidos políticos
serios. Desde que nos dejó de gobernar el terrateniente, el enano de Antioquia,
el de le voy a dar en la cara marica las cosas no han cambiado mucho. La
cacareada guerra del paraco en el poder se transformó en un largo proceso de
paz del traidor presidente Santos. Este proceso por ser largo ha colmado la
paciencia de algunos colombianos, digo algunos porque a la mayoría les importa
un pepino, y no porque sean unos insensibles apátridas sino porque están
ocupados en sobrevivir y la política solo la entienden como salir a votar en
elecciones. Aun conservamos el pensamiento de la colonia donde el único derecho
que tenemos es a trabajar (cuando hay trabajo), que solo somos unos siervos y
que dejemos que nuestros amos decidan.
El diminuto paraco no derrotó a la guerrilla y sigue chillando huérfano
de poder.
Más del 50% del país es pobre y continuara en la pobreza. La
consigna es una educación pobre para los pobres. En este momento hay algunas
políticas asistencialista como familias en acción que les dan a los pobres una
miseria para que sientan que el estado se ocupa de ellos. Parece ser que
quieren mantener pobres a los pobres para tener mano de obra barata y no pase lo
mismo que en Brasil que mucha gente salió de la pobreza y ahora exigen mucho
más.
El gobierno está en la brega para que los colombianos lean
mucho más. Pero se murió García Márquez y Mutis los dos murieron en México y se
les hicieron funerales de estado.
Mientras en Colombia una congresista le deseo el infierno a García
Márquez, así están las cosas. No es que la congresista no haya tenido una buena
educación pues de la clase terrateniente pero lo bruta el dinero no se lo pudo quitar.
En estos momentos estamos en tregua con la guerrilla de las
farc y los índices de violencia en el país han disminuido ostensiblemente. Para
mí es un gran logro pero los noticieros se quedaron sin
noticias y ahora solo pasan accidentes de tránsito.
El país no ha cambiado mucho pero al menos hoy hay esperanza
de que alg0o cambie con el proceso de paz, que acabemos con la guerra que no
nos deja ocuparnos de ese cáncer que nos carcomo como lo es el de la
corrupción.
“No somos ni el infierno ni el
paraíso. Somos un purgatorio que intenta arrancar almas de la perdición y
aspira a seguir, aunque muy despacio, a un paso desesperantemente lento, el
camino del progreso que otros llaman cielo.” Faciolince.
Boceto
para un retrato (Breve resumen del país) parodiando al Héctor Abad Faciolince.
Por: Sebastían Sanchez
Si
miráramos que tanto hay del mudo en Colombia y que tanto de Colombia hay en
cada uno de nosotros, nos asombraríamos con las similitudes encontradas,
mientras el mundo está dominado por una minoría (un 10% de la población, tal
vez menos) conformada por una elite
blanca, que domina la información, el mercado y por ende el capital y las
políticas internacionales y otro porcentaje
de población correspondiente casi a un 50% vive en condiciones de
pobreza extrema. En Colombia no es muy diferente sucede lo mismo, estamos
dominados por una elite de familias herederas de la colonia que desprecian el
país que les heredaron y somete a una gran porción de la población a diferentes
privaciones, a la explotación y la
miseria. ¿Qué tanto de uno mismo es gobernado a veces por ciertas ideas
aisladas o emociones inevitables pero inútiles, que nos llevan a ser desiguales,segregantes, autoritarios y a
veces injustos y agresivos?
Recorrer
Colombia es una extraña experiencia sociológica y jerarquizante, si uno empieza por el Norte, en el desierto
de La Guajira podrá ver los mejores paisajes acompañado de la ausencia de agua
potable al lado de un pueblo indígena como los Wayúu, que si ningún precedente
ha resistido los embates de una sociedad
occidental que los ve según sus intereses como unas “aves” exóticas de
exportación, o si se quiere como a una manada de salvajes peligrosos y
subversivos. Si atravesamos las fértiles
llanuras de Córdoba, Bolívar y Sucre, encontraremos inmensos hatos de ganado,
cuya carne ha financiado el conflicto
grupos paramilitares y de autodefensas que desde los años ochenta han
venido tomando más poder tanto en el campo como en la escena política. Si trepamos
por la cordillera de los Andes encontraremos diferentes comunidades indígenas
aisladas y arrinconadas por mineras y petroleras que explotan lo que alguna vez
fue para ellos un suelo sagrado dejando su vitalidad envenenada y corrupta. Si
vamos a las selvas del Chocó podremos sentir la presencia de África de repente, negros grandes y dulces
que llevan la música por dentro y la miseria por fuera, aunque sus ojosbrillan
con gran dignidad, sabiendo que la riqueza que les pertenece se las están
robando esas dragas que sin permisos e ilegalmente, siguen explotado el rio y
matando los peces. Si volamos a las selvas amazónicas podremos ver el tráfico
de espacies animales y la ley del monte como único estado soberano, además de una
que otra base militar estadounidense perdida en el mapa, pero no en la selva. Si
vamos a los departamentos del Cauca y Nariño, en el sur, podrá figurarse que
está en Bolivia o en Perú, pero no, allá tienen más identidad y amor por lo
propio, no se confunda, está en Colombia, país de gentes simples y sin criterio
que azuzados por la falta de dinero y de ignorancia emocional, son capaces de
vender hasta su propia mamá, país de gentes complejas, con educación y dinero
que por poder podrían también matar a sus madres y jurar ante Dios y con lágrimas
en los ojos decir, que no lo hicieron.
¿Qué nos
falta en esta rápida descripción geográfica del país? Dos largas costas, la del
mar Caribe y la del océano Pacífico, donde encontramos algún puerto industrial,
como Barranquilla, donde si te descuidas después de una lluvia te puede llevar
un arroyo y hasta matar, luego de lo cual, ni los judíos, ni los árabes que conviven
allí y compiten por el comercio rezarán por tu alma. Una belleza legendaria y
contrastada como la de Cartagena de Indias, no puede pasar desapercibida, es
posible que habites una ciudad donde el centro se parece a Andalucía y el
narcoturismo es una atracción y donde a las afueras te encuentres tan perdido
como en nueva Delhi o Bangladesh. Por
último encontramos el puerto más feo de todo el océano Pacífico, Buenaventura,
en donde no hay ninguna ventura y los cuerpos de algunos desgraciados son
fragmentados como castigo.
Y todo
esto lo podemos ver tanto en Colombia como en el resto del mundo sobre todo
bajo la línea del ecuador, dónde al parecer la suerte y la historia descargaron
pesado designios y servidumbres, dónde los siervos además de ser esclavos,
tienen un tirano en el alma. Así cualquiera que respire, llegado el caso en el
nombre de la verdad e impulsado por un gran corazón es capaz de cualquier
atrocidad y barbarie.
La
política nos apasiona, tanto la propia como la de cualquier rincón del mundo,
somos expertos en política internacional y en publicar arengas inútiles en los
muros de Facebook y fotos de la bandera de Francia en el perfil. Muchos
internautas piden el exterminio de los árabes otros tantos de los judíos. Sin
embargo en Colombia vivimos de la ilusión del cambio de los gobernantes. Si no
se pudo con Pastrana la Paz vámonos con la Guerra de Uribe y ahora con las
dobles jugadas de Santos. Pasamos del tomar el té con pastrana alrededor del
mundo, al odio y avaricia de un gamonal paisa que trataba el país como a una
finca y a sus ciudadanos como peones amaestrados o en su defecto caballos
castrados, que si no obedecían los mataba iracundo. De este megalómano, pasamos
a la refinada hipocresía de un tipo que desde los 17 años, ha estado en los
mejores clubs del mundo y que desprecia profundamente esta tierra criolla y
mestiza que tan buenos impuestos da. Hoy se trata de hablar de un post
conflicto con columnas guerrilleras fuera de orden, con paramilitares en
reagrupación constante y camuflados bajo pequeñas operaciones de grupos
denominados Bacrim. De otra parte un post conflicto con 6 millones de
desplazados internos, todo para dar terreno abierto a la siembra, la
explotación minera, petrolera y toda posible acciónextraccionista emprendida
por capitales extranjeros, y que en lo posible no quede registrada, ni tenga
testigos. Por eso vemos tantos campesinos sin tierra, engrosando los círculos
de miseria de las ciudades principales buscando paz y algo de tranquilidad
entre la espada y la pared.
La
educación a pique así como la salud, la cultura, el trabajo y la vivienda
digna, el estado sigue siendo benefactor, después del neoliberalismo es
increíble pero sí, es benefactor de los principales grupos económicos del país,
a los cuales defiende con leyes y regulaciones blandas, que cada vez más
limitan los derechos de la población de
trabajadores de la cuales se benefician directamente. Y así la ley del más
fuerte baja de jerarquía en jerarquía, extendiéndose hasta las puntas generando
más dolor al conjunto. Y al que no le guste y se revele con argumentos
inteligentes lo matamos y punto.
Ya casi no
valen los goles, ni los postizos que tenemos como “artistas” en la escena
internacional, sin ninguna identidad, ni bandera política que se respete y
busque una verdadera democracia. Egos y talentos que se museifican para morir
de soledad y vejez.Solo una nueva raza podrá salvar a Colombia del desprecio de
nuestros dirigentes, ese desprecio que nos ha sumido en el atraso, la barbarie
y en este nuevo colonialismo que amenaza
con acabar lo poco que queda de identidad y
lo mucho que hay de riqueza.
“Tal vez todos podamos encontrar el infierno
y el cielo en Colombia, el único problema estará en saber distinguir antes de
entrar cuál es cuál, así como verificar si no son de contrabando o chinos”
Colombia: boceto para un
retrato (Breve resumen del país) parodiando al Héctor Abad Faciolince, para el
momento actual, teniendo en cuenta que el texto de Héctor Abad fue publicado en
2009 y algunos aspectos de la vida del país han cambiado.
ESCRITO POR: YAQUELINE NOVOA PULIDO
Colombia es un país hermoso rico en biodiversidad,
paisajes hermosos y población trabajadora.
Podemos comparar nuestro país con cualquier país del mundo. Aunque
nuestro idioma oficial es el español contamos con varias lenguas nativas donde
podemos pensar a Colombia como un país intercultural plurilinguistico.
Al igual que otros países vecinos como Perú, México,
Ecuador hemos estando viviendo una herencia de corrupción que ha estancado el
desarrollo del país. Somos una sociedad caracterizada por la represión y la
permisión donde tenemos la falsa idea que los gobernantes tienen la razón. La
calidad de educación no permite que los miembros del país se apropien de las
políticas públicas y de la importancia de participación democrática lo que hace
más fácil gobernar y robar aquellas elites y familias de la “alta” sociedad de
nuestro país.
Como dice el autor “La política nos apasiona, como a los
ciudadanos de cualquier parte del mundo, y también tenemos la ilusión de que la
vida depende del cambio ritual de los gobernantes” pero no tenemos una educación de calidad que
no haga pensar críticamente, seguimos siendo un pueblo permisivo. No hacemos
nada frente al mal uso de los recursos públicos, como hemos visto gobernantes
públicos robarse grandes cantidades de dinero y solo recibir 5 años de cárcel y
en la casa. De esta manera es un poco
más claro el por qué es más fácil invertir en guerras que en educación un
pueblo ignorante siempre será más fácil de gobernar la problemática es que
mientras esto no cambie seguiremos viendo el rico más rico y el pobre más
pobre.
Colombia: boceto para un retrato (parodiando a Héctor Abad Faciolince)
Colombia
me parece un mal resumen del mundo, y no porque ‘copiar’ esté mal, sino porque
lo hace de la peor manera a tal punto
que quiere parecerse a muchos pero al final resulta siendo nada, porque no hay
al menos unas diez cosas que le sean propias. Es más, creo que ninguno de los
países a los que ha copiado en su estilo quiera parecerse a ella, aún sabiendo
que hay gente increíblemente maravilloso y de talento valioso. Existe una élite prevalentemente blanca en el color de piel,
aunque ninguno sea raza pura, sino una
muestra de ese mestizaje que se dio cuando ésta parte del continente, quizá por
equivocación o por casualidad descubrió Cristóbal Colón. Aunque se diga que la pobreza se está eliminando, es de
conocimiento que la brecha se sigue ampliando, ahora el 30% de la población
‘mulata’ oscura por fuera y blanca por
dentro se ha convertido en esclavo de su trabajo, no porque estén comprometidos
para quienes trabajan, sino porque el desempleo sigue apretando, aunque en
cifra del Dane vaya disminuyendo, ‘destacándose’ que se ha mantenido en un solo
dígito durante los últimos años. “En el décimo mes de este año, la tasa de
desempleo se ubicó en 8,2 por ciento y continúa en un dígito, destacó el
Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). “Es la primera vez,
en los últimos quince años, en que se cuenta en el país con más de 23 millones
de personas ocupadas”, reseña para un periódico un experto en la materia. Lo que no es claro este
estudio es en qué condiciones y qué tipo de trabajos tienen los colombianos
para no engrosar el 60% restante de la
población que a diario no tiene ni 1000 pesos para comprar una panela y un
pedazo de pan.
Somos
todo lo que nunca hemos deseamos, la gran élite que maneja el poder se
aprovecha de sus hermanos, de sus compatriotas, apropiándose de la riqueza y
subvalorando la mano de obra: ellos viven, comen, estudian en los mejores
centros, tienen acceso a la mejor medicina, pero no se mueren de viejos, sino
de envidia y de amargura al no tener felicidad, porque el dinero no lo compra
todo. Cada día es más difícil no caer en
la extrema pobreza, pues con la situación económica se cierran empresa, se
acaban asociaciones, se acaba el trabajo.
El mundo tiene de todo un poco, y sí Colombia
se ha apropiado de muchas cosas extenas, porque así como un colombiano emigra, muchos extranjeros
son atraídos por las ‘riquezas’ que desde afuera son vistas. En la Guajira, el
inicio del ‘mundo’ aun quedan muchos libaneses y turcos que atraídos por el mercado,
se ‘enraizaron‘ en una tierra árida,
escasa de agua, pero propicia para las ventas.
Fueron ellos los que enseñaron a comer
quibbes como el Libano y que su descendencia se mezclara con los nativos
y de allí se replegaran a otros municipios de la zona costera. Pero en cambio
se nos olvidó que en aquel desierto hay indígenas de pura cepa, propios de
nuestro territorios a quienes el Estado tiene abandonado que nuestros niños, esos que son el futuro del
país, se mueren de sed, de olvido por la corrupción de la élite, que maneja al
Estado. En cada uno de los rincones de
Colombia hemos adoptado las culturas extranjeras para olvidar las propias,
incluso son los políticos, los poderosos, los críticos más acérrimos de este
valle de riqueza y eso se evidencia como cuando Rodrigo Mesa, diputado en la
Asamblea de Antioquia, en el 2012 a todo pulmón aseguró que “meterle plata al
Chocó, era como perfumar un bollo”. Si Chocó, un paraíso tropical bañado de
ríos extensos y zonas húmedas, llevas de vida salvaje, de oxígeno puro no se
hubiera convertido en la prostituta de los políticos corruptos, su gente
‘negra’ de corazón grandes y sonrisa
blanca y transparente viviera en mejores condiciones y no en la extrema pobreza
de casas ancladas cerca de ríos, con deficiencias en los servicio básicos entre
ellos la educación y la salud.
La
política nos apasiona, como a los ciudadanos de cualquier parte del mundo, y
también tenemos la ilusión de que la vida depende del cambio ritual de los gobernantes.
Ahora el terraniente que nos gobernó por
más de seis años, ha sido desbancado por un ‘escudero’ que no resultó tan leal y ha repetido ‘puesto’ en
dos periodos consecutivos. A diferencia de su antecesor, éste ha propuesto
‘desmovilizar’ a la guerrilla y firmar la dejación de armas de las Farc, un mal
que llevaba más de 40 años, causando violencia y desolación en la población más
sensible y vulnerable de nuestro país: los campesinos. Casi nadie, ni yo mismo,
se opone a que derrote a la guerrilla. El problema es que al hacerlo se
descuida lo más grave para nuestro desarrollo: la desigualdad y la miseria.
No
somos ni el infierno ni el paraíso. Somos el limbo, el lugar a dónde van todos - sin importar si son santos o pecadores- , los mismos que a paso lento, desesperamente
lento, seguimos el camino del progreso que otros llaman cielo y que se parece a
todo lo que no somos.
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